El internado de Santa Veronica

Cojo la foto y la meto en el bolsillo rápidamente. "He vuelto a bajar la guardia". Me doy la vuelta y salgo de la habitacion.

Suspiro. Ya la fastidié

genial, pense. una loca mas.... seguro que todas compondriamos una bonita familia... la amargada, la psicopata, la imbecil.... abrian acabado en aquel dichoso internado por la misma razon que yo? segun las palabras de mi querido padre ,yo estaba alli para ''convertirme en una encantadora señorita preparada para vivir en la sociedad actual'' , lo cual traducido literalmente significaba que estaba alli para ''convertirme en una encantadora mujer florero preparada para engatusar y llevar al matrimonio al hombre que mayor capital me ofreciera''.
sin decir media palabra me tire en mi cama y fingi dormir. no iban a notar la diferencia si dejaba de hablar, de hecho estaba segura de que se alegrarian. no tenian por que soportarme.

Exploro el colegio. ¿Qué encuentro?

Vaya por dios, en el momento en que empezé a hablar de algo interesente con mi compañero va y se larga, menos mal que el autobús ya ha salido para allí aunque llegaré con un poco de retraso, me da igual no espero causarles buena impresión a mis compañeros, solo voy allí para poder empezar de nuevo, intentaré no destacar demasiado y todo irá bien-me consuelo a mi mismo-el autobús se para y veo el edificio, tétrico, oscuro me recuerda a howarts, tendré que tener cuidado de no soltar estos compañeros en alto. me bajo del autobús islenciosamente y me intenro en el edificio, mmm habitacion 101, (me rio interiormente recordadno la famosa rima) muchos de los de aquí no la entenderían. Llego a mi habitación y veo allí a un chico. -Hola. susurro timidamente (no debo destacar, no debo destacar) me siento en mi cama, no puedo evitar pegar un par de botes (mierda ya lo he hecho) rapidamente saco un comic de mi mochila y me pongo a leerlo, tranquilizandome me digo a mi mismo (superman también destacó)

Decido salir a fuera, al cesped. Amenazaba con llover, pero no me importaba .No me gustaba la situación de incomodidad que se habia creado en mi habitación. Encontré un gran árbol donde poder apoyarme y saqué mi libro. Al poco rato me doy cuenta de que no capto las palabras, estoy distraida, pensando en la chica nueva y su foto. Me pregunto quien seria, y porque le ha molestado tanto. Barajo un montón de posibilidades. Queria llevarme bien con todo el mundo, lástima que la impertinente sea un dolor de muelas.
Al cabo de un rato , empieza a lloviznar .Me gusta que llueva, pero decido entrar a dentro, no quiero que el libro se me moje.
Al entrar descubro que han llegado un montón de chicos , algunos bastante guapos que sé que no podré alcanzar. Aun así les observo.
Camino un rato mas hasta encontrar un rincón solitario, esta vez tampoco me concentro, pero no subo la mirada.

Voy vagando y acariciando el reloj de bolsillo de mi abuelo, sé que es masculino, pero era el unico que valía la pena de la familia, antes la abuela tambien, pero cuando él murió se dio a la bebida, lo cual es bastante penoso en una anciana. La estatua de la entrada me recordaba a ella el primer año. Ciega, no veía más allá de su propio dolor, con el corazón fuera, y con una expresión de dolor perturbadora para todo aquel que no conociera su historia. En ese instante me acordé de la carta que me había escrito mi abuelo antes de morir. Era preciosa, siempre que creia que no podia mas la leía, hasta que acabé por memorizarla:

"Cuando leas esta carta no quiero que llores, no quiero que sufras. No abandones tu camino sólo por sentirte sola, no lo hagas simplemente porque yo ya no esté aquí.
Este mundo te depara muchas cosas, incógnitas, misterios por descubrir que algún día se abrirán ante tus ojos.
Rozarás la vida, escucharás risas, llantos, y sentirás emociones que te inundan y te superan pero al final no podrás hacer nada, es seguro, siempre pasa.
Y si crees merecerlo hayarás la muerte en un día soleado, y te enterrarán 2 metros bajo tierra en un día lluvioso... Como si cielo y tierra se hubieran puesto de acuerdo para darte un último adios, un ultimo recuerdo lleno de lágrimas de sal y lamentaciones falsas, y pocas autenticas a las que no les importe que hayas pecado, como si nunca hubieras echo el amor o puesto los cuernos a tu marido mientras está viendo el fútbol, o como si nunca hubieras robado en los chinos cuando no te ven, y realmente eso ya no importara puesto que la gente auténtica escasea por aquí. Quizá seas una de ellas, con tus defectos y tus virtudes, con todo tu ser, pero siempre con todo. Auténtica de verdad."

Cerré los ojos y respiré el aire húmedo, había empezado a llover, hoy ya no quería morirme.

desperte repentinamente. no habia nadie en la habitacion, fuera llovia a cantaros. me decidi a levantarme de la cama y me puse aquel dichoso uniforme que en tan solo unas horas habia aprendido a odiar. sali al pasillo, aora lleno de internos. vaya, chicos... nunca me habian interesado, para que engañarnos... la falda de mi uniforme, algo mas corta de lo estandar , levanto mas de una mirada lasciva que yo ignore. me sentia sola y perdida, pero aun asi queria seguir dando esa imgen de tenerlo absolutamente bajo control, NECESITABA dar esa imgen. aora solo buscaba aunque fuera una conversacion vacia, simplemente sentirme una mas.

Acabo de leer el comic y salgo de la habitación sin decirle nada a mi compañero, veo a una chica, con una minifalda verdaderamente mini, pero desvio la mirada, renuncié a las mujeres hace mucho tiempo, sin darme cuenta me he quedado allí plantado observandola mucho tiempo, así que no avergonzado pero si cabreado conmigo mismo salgo corriendo por el primer corredor que encuentro.

contemplo estupefacta como el chico me mira y sale corriendo. eso no me sube el animo, cada vez estoy de peor humor. una pena. parecia exactamente el tipo de persona con la que me apetecia hablar: de las que escuchan solo porque no tienen nada mejor que hacer.

Estoy parada delante de la estatua, disfrutando de la lluvia sin moverme, ni decir nada. Aprendí a estar quieta cuando era pequeña, mientras mama me gritaba por haberme pegado con Sindy, y luego papa le gritaba a mamá.
Llovía sin parar, el cielo nos regalaba un chaparrón de bienvenida, que generoso. Ya había dejado de sentir como la lluvia caía por mi cara y había empezado a llorar. Soy una idiota débil, me dije, me prometí a mí misma que no me derrumbaría, que todo esto se iría como llegó, accidentamente y sin hacer ruido. ¿Sin hacer ruido? dijo mi lado racional, tu madre y tu hermana han muerto, estás en el loquero, y aunque lo sabes lo intentas ocultar. ¿Y tú no lo harías? contesté. Yo soy tu, así que no, porque ahora ya lo sabes...
Me senté apollandome en la estatua, necesitaba reconfortarme, la lluvia fría no era suficiente, necesitaba algo cálido. Pero sabía bien lo peligrosos que son los humanos, acababa de revelarme que soy la más peligrosa de todos ellos...
Así que seguí allí sentada esperando fundirme con la Dolorosa(nombre con el que acababa de bautizar a la estatua) o quizá acabar siendo una leyenda de alguien a quien sólo con su presencia consiguió arrancar el corazón del pecho. Sólo una leyenda porque mi corazón nunca había estado allí.

Dedicado a Javier

salgo corriendo por un corredor que me lleva a una especia de despacho, donde encuentro a una mujer muy alta con el pelo recogido en forma de moño (Igualita a mcgonagall pensé) -Que haces aqui? reunte en el comedor es la hora de la cena. Ya llamaré yo a los demás. Obediente bajo las escaleras hacia el comedor oigo como la estridente voz de la señora grita por los altavoces -Alumnos por favor, diriganse al comedor, es la hora de la cena. Llegó allí el primero, sin inmutarme me siento en la mesa más apartada de todas.

Oigo a la profesora de fondo. Recojo mi libro, del cual no me he enterado nada. Recorro los pasillos hasta llegar al comedor. Encuentro q esta medio lleno observo donde sentarme, veo a mis amigos de otros años que me saludan, pero en ese momento ocupan el sitio libre que tenia al lado de ellos. Miro una mesa casi vacia, solo ocupada por un chico de aspecto un poco rarito. Me acerco a esa mesa y me siento unas sillas al lado de el. Solo me molesto en decir:
Hola
Veo que la chica de la foto a la que antes moleste entra el el comedor.La miro con ojos de cordero degollado esperando que me perdone

mierda. cenar, gente...era el primer dia, aunque pareciera imposible debia de intentar integrarme. baje al comedor. todas las mesas estaban llenas. vi una que estaba medio vacia y me dirigi hacia alli. genial, alli estaban todas las maravillosas personas que habia conocido hoy: la del pelo ondulado, la chica de la foto y el chico que habia huido al verme. sin pronunciar palabra me sente entre la tacha-fotos y el chico rarito que seguia mirandome con cara de que-haces-aqui. suspire. aqui no me iba a servir de nada mi royo de fria y calculadora, tendria que rebajarme a la altura del resto de los mortales e iniciar una de aquellas conversaciones sin sentido que tanto me habian apetecido hace apenas unos minutos.
-hola- suspire - soy grace...- todos guardaron silencio y siguieron ignorandome-si, yo tambien me alegro de estar aqui...en este puto manicomio- murmure

-En realidad no está tan mal... El sitio es bonito, quizá demasiada gente... pero hay lugares donde se puede estar sola... ademas, intuyo que prefieres esto a estar en casa
Contesté mientras la miraba fijamente a los ojos intentando adivinar sus pensamientos.

''Controlate, no hables, se normal'' me decia a mi mismo continuamente ''no destaces, tú no tienes capa'' observaba con los ojos en blanco como las dos chicas discutían entre ellas, mis pensamientos fueron interrumpidos por unos cocineros que llenaron la mesa de comida, todo tenía una pinta estupenda, pero me controlé ''espera a que los demás se sirvan, no destaces''

Contemplé a todos , el chico parecia nervioso, alterado. Suspire y me echo aquella comida suculenta que mi estómago pide a gritos.

Os acostubrareis a esto, en realidad es un gran lugar , a mi me gusta

-Me da la impresión de que te gusta todo, intentas agradarme... Grave error, no te irá bien si te acercas a mi
Acaricio instintivamente el reloj de bolsillo.

Manera cutre de defenderse... Dios mi cabeza"
Intento esbozar una sonrisa que se mezcla con una mueca de dolor y le respondo:
-Espero que al menos nos adaptemos, porque vamos a estar aqui mucho tiempo

''contrólate...'' no pude evitarlo por qué estás aqui? te vi llorar en el patiome dirigí a la chica que acababa de llegar

-si, no te gustaba tanto este sitio?- le pregunte yo tambien

-Yo... eh... yo... era la lluvia... y... No te hagas la altruista, sabes que sin gente a tu alrededor no vas a poder estar bien aquí, sin embargo te odias a ti misma y por eso finges que odias al mundo. Lo peor de todo es que probablemente te odies a ti misma sin razon alguna. Hay otras que sí que tenemos razones, así que no seas una niñata imbecil, que ya eres mayorcita.
Y sin darle tiempo a responder me levanto y me largo. La mujer del moño intenta detenerme pero le lanzo una mirada de "como me dirijas la palabra acabarás con mi madre y la zorra de Sindy" y ella sabe que puedo hacerlo, con lo que se detiene a medio intento.

Me quedo asombrada."Vaya...!"

Sois muy listos.

Bueno, yo no la habia fastidiado tanto como ellos. Observo sus expresiones ante la reacción de la chica. Pero me doy cuenta de que todo el comedor nos está mirando y decido agachar la cabeza y seguir comiendo, aunque ya no tengo ganas.

Después de salir del comedor, busco un sitio donde refugiarme, no salgo fuera porque es de noche y aún sigue lloviendo. Así que me siento debajo de las escaleras a pensar. A los cinco minutos el dolor de cabeza aumenta y se hace casi insoportable.
"Dios, ¡Necesito mis pastillas!
Sabia que me las habían quitado desde el accidente, no comprendían que aunque conocía lo que me hacían las necesitaba. Ahogué un grito de dolor cuando se oyó el estruendo de los estudiantes saliendo del comedor y pasando por encima de mí sin percatarse de mi presencia. Me hice un ovillo mientras aguantaba a duras penas los pinchazos que se clavaban en mi cabeza. Quise gritar, quise llorar, pero mis musculos estaban agarrotados por el dolor, y por la media hora que había permanecido allí encogida. Ahora tan solo quería irme de allí, conseguir como fuera un analgésico y tumbarme en la cama con mi adorable sobrinito. Me levanté tambaleandome y como pude llegué a mi habitacion. Utilicé mis ultimas fuerzas para recomponerme antes de entrar, pues mis compañeras ya estarían allí. Abrí la puerta y entré mientras me apoyaba en la misma intentando que no se notara que estaba a punto de desmayarme o bomitar.